Ideas
principales del texto: desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de
enseñar.
Capítulo
1: De lo reflexión en la acción a una práctica reflexiva.
El pensamiento se toma a sí
mismo como objeto y construye estructuras lógicas a partir de sus propias
operaciones.
La distinción entre pensar y
reflexionar no es tan evidente, ya que no hay solución de continuidad entre el
pensamiento más próximo a la acción, el que la guía y la reflexión más
distanciada.
La práctica reflexiva puede
extenderse, en el sentido general de la palabra, como la reflexión sobre la
situación, los objetivos, los medios, los recursos, las operaciones en
marcha, los resultados provisionales, la evolución previsible del sistema de
acción.
Tomar la propia acción como
objeto de reflexión, ya sea para compararla con un modelo prescriptivo.
Schón todavía mezcla dos
dimensiones distintas: el momento y el objeto de la reflexión.
Reflexionar antes, durante o
después de la acción.
La reflexión sobre un conjunto
de acciones parecidas y su estructura.
La reflexión sobre las
estructuras de la acción tiene sus raíces en general, una reflexión regular y
precisa sobre la mayor parte de las acciones singulares.
Estimar la urgencia de una
decisión como para tomarla sobre la marcha si no puede aplazarse.
La acción pedagógica tiene que
encontrar las modalidades adecuadas.
La reflexión fuera del impulso
de la acción es a la vez retrospectiva y prospectiva, y conecta el pasado y el
futuro.
El funcionamiento de la prensa
diaria es una buena metáfora de lo que vive un practicante sumergido en la
acción.
El acto de informar que se
practica en algunos oficios intenta reconstituir los razonamientos mantenidos
durante la acción e identificar sus puntos débiles y sus márgenes de error.
Las operaciones intelectuales son
las que se aplican a representaciones y símbolos, más que a objetos.
Los esquemas nos permiten
actuar rápida mente, casi con piloto automático, lo que físicamente es más
económico, por lo menos mientras no se interponga ningún obstáculo fuera de lo
habitual.
El desarrollo de los métodos
de explicación (Vermersch, 1994) indica los límites de la reflexión salvaje y de la toma de conciencia voluntaria.
El enseñante tiene más poder
que los alumnos sobre el sistema de acción colectiva.
La reflexión se sitúa entre un
polo pragmático, que es un medio de actuar, y un polo de identidad, que es
fuente de sentido y forma de ser en el mundo.
La reflexión se ha convertido
en una forma de identidad y de satisfacción profesionales.
La práctica reflexiva es un
trabajo que, para convertirse en regular, exige una actitud y tina identidad
particular.
Capítulo
2: Saber reflexionar sobre la propia práctica: ¿es éste el objetivo fundamental
de la formación de los enseñantes?
Una postura y una práctica
reflexivas son la base de un análisis metódico, regular, instrumentado, sereno
y efectivo, disposición y competencia que normalmente se adquiere a base de un
entrenamiento intensivo y voluntario.
Para «tener margen», dominar
la materia, relativizar los conocimientos y adquirir la seguridad necesaria
para aplicar los métodos de investigación con los alumnos y alumnas, o bien
para orientar el debate hacia los conocimientos.
Los prepara para observar y
analizar con realismo lo que pasa y adaptar sus acciones en consecuencia.
La memoria de los docentes
suele ser frágil.
Ø Un
ajuste de los esquemas de acción, que permita una intervención más rápida, más
concreta o más segura.
Un
refuerzo de la imagen de uno mismo como profesional reflexivo en proceso de
evolución.
Ø Un
saber integrado, que permitirá comprender y dominar otros problemas
profesionales.
Una forma de método, de
memoria organizada, de perseverancia.
Los marcos conceptuales que
sirven de estructuras de acogida.
La experiencia singular no
produce aprendizaje a menos que se conceptualice o vincule a los conocimientos
que la convierten en algo inteligible y la inscriben en una u otra forma de
regularidad.
El capital de conocimientos
acumulados siempre tiene una doble función: guía y agudiza la mirada durante la
interacción.
La articulación de los saberes
académicos y los conocimientos surgidos de la experiencia cotidiana nunca se ha
valorado ni utilizado.
La formación de una práctica
reflexiva no es el único objetivo, sino que se trata de una condición necesaria.
La heterogeneidad de las
clases obliga a escoger con mayor o menor lucidez a los alumnos y alumnas para
los que trabajamos prioritariamente, es decir, a sacrificar a unos en beneficio
de otros.
Una práctica reflexiva permite
una relación activa más que plañidera con respecto a la complejidad.
La práctica reflexiva no es
suficiente, pero es una condición necesaria para hacer frente a la complejidad.
La competencia y la conciencia
profesionales consisten en intentarlo todo para aliarse contra el fracaso.
El análisis no suspende el
juicio moral, no vacuna contra toda culpabilidad, sino que induce al
practicante a aceptar que no es una máquina infalible, a tener en cuenta sus
preferencias y otras debilidades inherentes a la condición humana.
Una reflexión sobre la
práctica puede limitarse al ámbito puramente técnico y' lleva al enseñante a
«rectificar un error».
La innovación endógena se
origina en la práctica reflexiva, motor de la concienciación y de la formación
de proyectos alternativos.
Capítulo
3: La postura reflexiva: ¿cuestión de saber o de habitus?
La práctica reflexiva no se
puede separar de la totalidad de la práctica profesional.
Situar este problema en el
contexto más amplio de la formación de competencias y de un habitus
profesionales.
La acción humana que no
utiliza saberes identificables, ni razonamientos, sino que funciona con una
especie de inconsciente práctico cuyos mecanismos exactos resultan difíciles de
reconstruir.
La formación ya no es
transmisión de contenidos, sino construcción de experiencias formadoras,
mediante la creación y el fomento de situaciones de aprendizaje.
Las carencias de una formación
pueden provenir, no de la inadecuación del programa de formación, sino de un
error durante su aplicación.
La entrevista de explicación es un método de investigación que podemos utilizar en la formación para explicitar lo no reflexionado.
Analizar se basa en saberes
teóricos, puesto que el análisis conduce a lo real y, por tanto, moviliza conceptos y teorías.
elaboro: Irene R.V
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